La mañana transcurría como una de tantas. Teléfonos que suenan, voces que piden, dedos que teclean...de pronto un par de palabras se asomaron por una de las ventanas virtuales que acostumbran acompañarme…
● Mujer esponja, ¿Sabes qué día es mañana?
● ¿Viernes?
● 11 de Marzo.
● Y….
● Santiago, Sala Capitol…. ¿te dice algo?
● Mierda!! Como se me ha podido pasar!!
● Iván Ferreiro…¿te apuntas?
● Claro que me apunto!!
Así suelen comenzar nuestros enredos conciertiles…esponja comenta a guisante, guisante relata a esponja. Y el enredo está asegurado. Lo cierto es que cuesta más bien poco que un concierto en miras nos seduzca.
Procedemos entonces al paso 2.
Llamadas, avisos, mensajes, ¿vienes?, ¿te apuntas?, no se, es viernes, si fuera sábado, tengo lío, ¿acabará tarde?, mañana curro, ¿quién va?, más llamadas, más avisos, más mensajes, estoy cansad@, ahora voy, ahora no voy, indecisión…y finalmente... unos cuantos me apunto!!, ¿habrá entradas?, sí!, habemus entradas!!
Unos salen de trabajar, otros de clase, otros acomodan circunstancias….pensábamos llegar temprano, pero suele pasar que los pensamientos no se corresponden con la realidad… llegamos justitos. Y cómo no, el imprevisto durante el viaje, SIEMPRE nos persigue alguno. Esta vez nos pasamos la salida…sí, las veces que habremos ido a Santiago, sí, hace un par de meses sin ir más lejos recorrimos el mismo camino…pero algo tiene que ocurrir…eso es así.
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Iván Ferreiro en Sala capitol. |
Bien, así mejor, entramos en ambiente. La sala comienza a llenarse, empieza a ser complicado recorrer el camino que nos separa de la barra. Gente y más gente llega…¿soy yo o las nuevas generaciones cada vez se estiran más? Recuerdo ser yo la que antaño estorbaba la visión de los que tras de mi buscaban el escenario, ahora cambia la cosa, soy yo la que me encuentro buscando los huecos que como ventanucos me dejen disfrutar de una visión clara.
Cuento, 1…2…3…somos 4, me faltan 2. Me giro, ahí llegan, abriéndose paso entre la multitud consiguen llegar a nuestro lado, yoesquesoyatleta y raycur. Me recuerdan que no se me ocurra pedir un bocata de calamares por los alrededores, vale, tomo nota.
Se sorprenden del lleno de la sala y más aún cuando, una vez comenzado el concierto, Iván nos deleita con sus “movimientos” que intentan semejarse a algo parecido a un baile...
El público lo da todo, canta las canciones a voz en grito y enloquece cuando Iván da un guiño a su etapa en Piratas cantando “años 80” o “ promesas que no valen nada”. Sí, no hace falta que me lo recodéis....finalmente cantó “el equilibrio es imposible”. Debió escuchar las mil millones de veces que se lo pidió una voz que taladraba mi oído al acabar cada canción....y yo que le decía : “No la va a cantar, el momento Piratas ya pasó...”, pero la cantó...ala, por chulita!
Y llegó el final del concierto, la verdad es que estuvo genial. Algo más de hora y media de recientes y antiguas canciones. Siempre es un placer acompañarlo on tour. Qué recuerdos de tantos miércoles compartidos en el ensanche con Rai Doriva...noches memorables!
Las luces se encienden, se escucha la música...va a ser que sí, desalojando! Salimos a la calle, hace frío, besos varios y como mañana algunos trabajan corriendo para casa. Me subo al coche, no se cuando se me cierran los ojos pero cuando los abro ya estoy en casa.
Crónica de la mujer esponja para noches reversibles
Vaya, así que no aconsejas el bocadillo de calamares cerca de la Capitol. Entonces, ¿dónde cenaste tú?, ¿o es que acaso la mujer esponja puede vivir a base de cervezas? :P.
ResponderEliminarQuerida lectora, no ha leído usted bien, la que no aconseja el bocadillo de calamares es mi querida compañera raycur...Yo ya vine cenada de casa...
ResponderEliminarAunque no me negará que una dieta rica en cerveza puede ser muy nutritiva tanto en el aspecto físico como mental, además de ser de gran ayuda para esa operación bikini que se aproxima en estas fechas, siempre y cuando se prescinda de los "acompañamientos" sólidos...
Aquí Raycur para desfacer el entuerto: Los calamares eran 4 literalmente en un pan redondo tipo hamburguesa pero de las artesanas. Artesanas de la semana pasada. Cuando abrí el pan y vi los 4 calamares pensé "vaya, me voy a quedar con hambre", pero después de haber comido dos, me sobraban los otros dos.
ResponderEliminarQueridos amigos, comer calamares en el interior es un riesgo.
En cuanto al concierto una crítica: el apiñamiento llegaba a agobiar mucho. Imposible acercarse a la barra si mides menos de 1.60, e imposible hacerse sitio para estar medianamente cómoda. Un 0 patatero para la sala por vender más localidades de las que por seguiridad deberían haber vendido.
El concierto no lo disfruté nada, porque los 2 aros de calamar que comí se pusieron a pelear con la bolla gallega de la semana pasada y tuve unos retortijones mortales.
Querida Raycur, no podría haberlo explicado mejor, en tus palabras se nota la voz de la experiencia...
ResponderEliminarSin duda fueron los puñeteros calamardos los que amargaron tu noche, ya que nuestro amigo Iván estuvo a la altura...y la sala...que puedo decir, la mejor de la comarca...un poquito de apiñamiento está bien, hay que sentir el calor humano que nos incita a saltar en compañía...
El próximo en la capitol y sin calamardos te conquistará, no lo dudes!
¿¿¿Le estás llamando viejuna a mi queridísima y jovencísima amiga Raycur???
ResponderEliminarEso no se lo dices en la calle...
A ver....la voz de la experiencia calamardera!!
ResponderEliminarCierto es que nuestra querida Raycur no puede estas más divina! ;p